Hace algunos años asistí a la celebración de una interesante tradición de los pueblos indígenas que habitan la zona rural de la ciudad en donde nací: Una Minga Indígena. La comunidad le había solicitado al Alcalde de la ciudad pavimentar la única vía que conducía de la ciudad al pueblo, era un camino escarpado y con mucha vegetación, por la humedad de la zona. El Alcalde dijo que él tenía el material para rellenar el suelo, pero que el proceso de contratación para pavimentar la vía tendría que tomar un tiempo más o menos largo, por los trámites legales. El cabildo indígena se reunió y le propuso al mandatario, hacer una minga, con lo cual todo el pueblo, hombres, mujeres y niños, dedicarían varios días de trabajo a deshierbar, limpiar y preparar el terreno, por su parte el Alcalde procedería a llevar el recebo y así llenar el camino. Fue un día de fiesta, los hombres, sus esposas y niños bajaban de sus ranchos limpios y relucientes; ellos con sus palas, machetes y picas, ellas con grandes ollas, gallinas, verduras y arroz para preparar la merienda, y los pequeños, armados con pequeñas herramientas, bien fueran niños o niñas, para ayudar en la labor de sus padres. Horas más tarde y después de una extenuante jornada, los hombres sudados y sonrientes, se servían de la rica merienda que sus esposas habían preparado para todos los mingueros.... Al fondo se veía el camino ya despejado, listo para que el recebo de la alcaldía llegara y ellos pudieran por fin tener su carretera... Hace un par de días tuve la oportunidad de participar de una experiencia similar: Con Bozkurt, habíamos conocido a un interesante coleccionista de la ciudad, que ha creado con su maravillosa colección un museo dedicado al cine, El Caliwood, un espectáculo de los más fascinantes artefactos del cine y la fotografía, que, como muchas otras propuestas culturales necesitaba darse a conocer para volverse sostenible. Por eso le habíamos ofrecido hacer un comercial para el museo de manera gratuita. Inicialmente, nuestro amigo agradeció nuestro ofrecimiento, pero la producción requería de mucho más... a los pocos meses, sucedió algo casi mágico: poco a poco fueron llegando personas interesadas en ayudar, se pudo conformar un grupo de jóvenes muy talentosos de la ciudad, algunos estudiantes, otros egresados de la carrera de Cine, que quisieron trabajar gratuitamente, un corto guión fue escrito y se empezaron a necesitar todas las cosas para la producción, cámara profesional, el trípode, las luces, el sonido, desde un baúl de cuero hasta un actor con barba blanca- muy parecido a Papá Noél- ... todo lo que necesitábamos para la filmación "llegó", gracias a que esos seres humanos, pusieron todo su empeño en hacer algo con ningún otro combustible que el amor y la pasión por lo que hacen... Así Bozkurt realizó su primer comercial para cine en Colombia: Un niño encantador descubre un secreto en un viejo cajón, el mundo del cine y se transporta a una realidad inimaginada.... Así, con Una Minga o Sharing Economy, como ahora se conoce, es como también se pueden acercar las cosas que parecían inalcanzables, es decir, podemos salirnos del esquema del mercado, del formalismo, de lo establecido, para cumplir nuestros propios sueños y los de los demás, una forma de hacer comunidad y de crecer nosotros mismos dentro de esa comunidad. ----Le dije a Bozkurt: Y qué tal si hacemos tu película así también?
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AuthorsBozkurt Palanduz: As I realised that I am not going to be able to really connect with the Wholeness which was more than just the little “I” in me, if I won’t leave the imprisonment of the self and continue being just a result of the negativity, I decided to leave my home some time ago and went on a journey through continents and oceans to witness the Creation as it was meant to be the image of an imageless God! Archives
May 2021
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